El cine porque hay sentido y razón

El cine porque hay sentido y razón
...y entonces, lo que escriba del cine me pone nerviosa, pienso en el punto final y me asusto, el cine no tiene punto de un fin, es para mi la vida y la vida no se cuando acaba, ni si acaba... quizá es infinta.

¿Qué es el cine? la pregunta obligada... Cada ocasión se responde diferente, lo que pasa es que lo es todo; como el futuro que es incierto, o lo que siento que es mucho y muy variado. Así el cine, para mi es: la vida.


AMOR [VIDEO]

AMOR [VIDEO]
Autoetnografía, CLICK a la imagen.

Amor romántico: Una utopía peligrosa

La autoetnografía “Amor” es un acercamiento hacia el tema del amor, la mujer y la relación mutua entre ambas concepciones. La manera en cómo la mujer se relaciona históricamente con el tema del amor, bajo la mirada de la crítica social, influye en la problemática de la violencia a la mujer

En “Amor” me encuentro inmersa al ser mujer e individuo social. La autoetnografía se convierte en discurso “auto” o “propio” cuando me reconozco como mujer que ama, amó y amará a través de una percepción del “amor” heredada y dictada socialmente en mi cultura, la cual contiene características como; ser nombrada una época de posmodernidad, de un sistema económico neoliberal [el post del capitalismo], de una era del vacío[1] donde reina el consumo y el vacío emocional que “sólo podrá erradicarse si se consume más y más” –acentúo las comillas en esta frase-.

Al mismo tiempo, la autoetnografÍa se convierte en un discurso “etnográfico” al tomar como objeto de estudio y como punto de realización audiovisual el tema del amor, que se enmarca en el contexto de un sistema social-económico característico y estudiado por varios investigadores que han dedicado su vida a la descripción de la actual sociedad. En este sentido, me valgo de estos estudiosos como Eva Illouz para relacionar el contexto económico con la manera de abordar el amor en nuestra actualidad.

En el libro El consumo de la utopía romántica: El amor y las contradicciones culturales del capitalismo la autora Eva Illouz dice que el sistema actual capitalista ha puntualizado una disfuncionalidad entre la igualdad y el amor, desde una igualdad económica hasta una igualdad de género. La utopía romántica ofrece a todas las clases sociales la visión de un vínculo orgánico que explota y exalta la esfera del consumo en su máxima potencia, al mismo tiempo que promete trascenderla. Así pues, se combina la idea de un amor para todos con la de un consumo para todos, un estilo cultural arraigado en estados unidos, principalmente[2]. En este sentido, la pareja se exige consumo mutuamente como indicador fiel del amor que tiene, y la mujer contiene una carga de comportamiento interesante en relación al consumo, por ejemplo, en los matrimonios las mujeres exigen a sus maridos diversión, al mismo tiempo que los hombres exigen que sus esposas se esfuercen por ser más atractivas[3]. En la autoetnografía “Amor”, las imágenes de Frida Kahlo frente al espejo, cortándose el cabello y vistiéndose como Diego [su amado], resulta una metáfora de rebelión hacia el esfuerzo de ella por parecerse a lo que él dicta. Asimismo, con las imágenes de Violeta Parra frente al espejo, pintándose para lograr la aceptación de un hombre y más tarde tocándose la cara preocupada por su apariencia, enmarcan el esfuerzo de la mujer por ser aceptada o ser más atractiva para el hombre.

Bajo este argumento, cito la pregunta que Illouz coloca a juicio del lector “¿se encuentra la raíz de la violencia contra las mujeres en hombres intrínsecamente violentos y mujeres intrínsecamente amantes de la paz?”[4]. En la autoetnografía la respuesta a esta pregunta es el planteamiento principal y sí, la raíz de la violencia a la mujer se encuentra intrínseca en ambas partes. Como ejemplo a este argumento se encuentran los primeros segundos de “Amor” en donde se observa a un niño maltratando a una niña, después la niña recurre a los sabios consejos de su madre y la madre explica con mucho cariño que ese niño hace ese maltrato porque en realidad al niño le gusta su hija. En este episodio se representa aquella situación que desde la niñez presenciamos en nuestro día a día en la manera en la que comenzamos a ver el amor y al sexo masculino, un círculo de comportamiento donde “si el hombre te maltrata es porque te quiere” que se verá perseguido a lo largo de la vida y madurez de la mujer en sus relaciones futuras frente al sexo masculino. La raíz de la violencia se encuentra entonces intrínseca en la búsqueda por complacer al hombre y también en un entendimiento sufrido y tergiversado de un amor más que nada sufrido.

No obstante de aquel “maltrato” evidente, existe también la crítica a la libertad dentro o fuera de una relación de amor, es decir, aquel maltrato muchas veces simbólico de opresión social. En un argumento marxista y también elitista[5] se supone la decadencia actual del amor desde una posición contraria a la cultura de masas, atribuye mayor autenticidad al amor representado en la literatura del romanticismo porque en ella los enamorados reafirman su pasión frente a un orden social opresivo, sin embargo, la violencia se encuentra allí en un orden social aunque no se encuentre dentro de la relación de pareja. Con este argumento me remito al recurso del poema “Te amo” de Pablo Neruda [poeta chileno quien vivió una época del golpe de estado de Pinochet a Allende] en la autoetnografía, como símbolo de opresión y violencia que si bien no se encuentra evidente en el video mientras el intérprete baila, sí desencadena una reflexión del amor y el tipo de amor “romántico” y “poético” que se vive bajo un sistema de violencia como lo es nuestro sistema actual.

Finalmente, en cuanto a la violencia a la mujer, dentro y fuera de una relación, así como el entorno de violencia en el que podamos estar involucrados tanto hombres como mujeres, nos sitúan en un contexto donde el capitalista nos predetermina varios de los comportamientos que, como seres social, podemos describir. El advenimiento de la modernidad acarreó pérdidas irrecuperables en el sentido del amor, sobre todo en la relación de éste y su moralidad, así como en la del compromiso y estabilidad. No obstante, estas pérdidas son proporcionales al mayor control de la vida romántica de los individuos, un mayor autoconocimiento y un progreso en la igualdad entre sexos[6] o campañas en contra de la violencia a la mujer, como la que participa Eduardo Galeano en una descripción que puntualiza el objetivo final al que la autoetnografía “Amor” quiere llegar.



[1] Término extraído de La era del vacío de Guilles Lipovetsky.

[2] ILLOUZ Eva. El consumo de la utopía romántica. [En línea]Ed. Katz. Año 2009. 1ra edición. Madrid, España [Consultado el día 3 de Diciembre del 2013 en http://es.scribd.com/doc/49063850/11-Eva-Illouz-El-Consumo-de-La-Utopia-Romantica] Pag. 82.

[3] ILLOUZ Eva. El consumo de la utopía romántica. [En línea]Ed. Katz. Año 2009. 1ra edición. Madrid, España [Consultado el día 3 de Diciembre del 2013 en http://es.scribd.com/doc/49063850/11-Eva-Illouz-El-Consumo-de-La-Utopia-Romantica] Pag. 86

[4] ANNJANETTE Rosga. Previniendo la violencia contra la mujer y la desigualdad de género en el mantenimiento de la paz. [en línea] Peace Operation Trainiing Institute. EUA, 2012 [Consultado el día 2 de Diciembre del 2013 en http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:http://www.peaceopstraining.org/courses/previniendo-la-violencia-contra-la-mujer/preview/ ] Pag. 19.

[5] ILLOUZ Eva. El consumo de la utopía romántica. [En línea]Ed. Katz. Año 2009. 1ra edición. Madrid, España [Consultado el día 3 de Diciembre del 2013 en http://es.scribd.com/doc/49063850/11-Eva-Illouz-El-Consumo-de-La-Utopia-Romantica] Pag. 381.

[6] ILLOUZ Eva. El consumo de la utopía romántica. [En línea]Ed. Katz. Año 2009. 1ra edición. Madrid, España [Consultado el día 3 de Diciembre del 2013 en http://es.scribd.com/doc/49063850/11-Eva-Illouz-El-Consumo-de-La-Utopia-Romantica] Pag. 384.

Escena de Amor: Frida con un Diego en sus atuendos.

Escena de Amor: Frida con un Diego en sus atuendos.
CLICK a la imagen para ver el video

Sonreír, porque la vida es bella.

Sonreír, porque la vida es bella.

Cuando somos hambrientos desde el vamos, hasta el vámonos.

Cuando somos hambrientos desde el vamos, hasta el vámonos.

Es otro ¿el otro?.

[de Ryszard Kapuscinski y el encuentro].

Siempre lo supe, aquellas murallas espeluznantes y las calles, las barreras, ¡esas!; los audífonos cada vez más grandes, las comunicaciones cada vez más rápidas y “frías”, los mensajes de texto cada vez más inmediatos, cortos… todo eso es en realidad para evitar al otro, para vivir en uno, en el individual en el “yoísmo” puro. Ryszard Kapuscinski ya lo escribió y hoy puedo apoyarme en un gran periodista y escritor, el dice que estamos en la era del individualismo, donde las guerras “no se ven” pero se evitan, se evita por supuesto encontrarse con el otro, con el otro que puedes ser tú o yo, que hemos sido y que jamás seremos para muchos “otros” porque trataran de evitarnos como nosotros a ellos, bienvenido a la era de la tecnología y de la pared, del cemento, protecciones de acero, carros blindados, ventanas automáticas para cerrarse si te acercas, bienvenido a las grandes casas con muros que te triplifican la estatura, si piensas, vistes, ganas dinero, trabajas, estudias o eres simplemente diferente serás “el otro”. Si, la guerra es fea y por eso “mejor” te evito, me alejo, me encierro en mi yo y los que son como yo, por eso y más mi encuentro con el otro se vuelve más difícil, es luchar contra mi supervivencia y estilo de vida, es querer encontrar a alguien que opina diferente y vive de otra forma ¿vale la pena? ¿a poco no la idea es simplemente ser feliz? ¿para qué conocerte?, que absurdo ese Kapuscinski, quizá se rehúsa a los cambios sociales y tecnológicos, al conocimiento y a la nueva era –pensé- y no, siempre lo supe, aquellas murallas espeluz...


Lo cierto es que en el "Encuentro con el otro" de Ryszard, hay pocas líneas todas a manera de ensayo; varios de sus pensamientos que son ordenados y reflexionados después de haber viajado y conocido ciertas formas de pensamiento: La antropología y las ciencias, la historia de Europa y algo de su relación con África, algo de los colores en la piel, las costumbres y religiones... el libro es sólo una síntesis de la reflexión del autor que nos lleva al tema del "otro", ese tema complejo y además muy estudiado en el siglo XXI que nos aterriza a interiorizar nuestra forma de actuar como seres sociales. Así que... la verdad si, lo recomiendo, un pequeño libro que se lee tranquilamente en un par de días y que es bueno reflexionar a nuestro vivir rutinario y trasladarlo a la observación ¿cuánto comprendemos al otro? ¿qué tanto estamos abiertos a aceptar nuevas ideas y formas de pensar, andar, ser y hacer? Encuentrame, encuentrate.



ODA A LA IZQUIERDA

EL EQUIPO PERFECTO

Hoy voy a presentar al equipo perfecto, ellos son cinco individuos que trabajan siempre juntos, coordinados, obedientes, fieles en ese mismo lugar, con ella. Es mujer, lo sé por sus gustos, porte y su delicadeza al tocar. Esta gran mujer, no sabe saludar, pues donde ella vive, el placer de saludar se lo lleva otra; la derecha. Si bien no sabe estrechar con un saludo, es capaz de hacer cualquier cosa, no tiene miedo, ella es un claro ejemplo de la mujer del siglo XXI pues no tiene imposibles, sino sabe hacerlo todo, lo aprenderá si es necesario; cocina, maquilla, detiene, escribe, acaricia, expresa. Gustosa de servir pues no se anda con vanidades, natural, sencilla, ella tan fiel y obediente que nunca falla. Es para mí un placer presentarla, tenerla aquí, conmigo; MI MANO.

No se olvida.

No se olvida.
Santiago de Chile

América, hermana mía.

[sobre mi estancia en Chile]


“… Y así de tierra a tierra fui tocando
el barro americano, mi estatura,
y subió por mis venas el olvido
recostado en el tiempo, hasta que un día
estremeció mi boca su lenguaje.”

(Fragmento Canto General “México 1940” /Pablo Neruda)

En las calles se tiñe el color latino, a miles de kilómetros se estudia, se trabaja y se ideologiza con la misma dinámica contrariada; pros y contras. No cabe duda que el ser humano es predecible e infinitamente conocible.

América es un “cuerpo” integrado que a lo largo de la historia ha sufrido patologías históricas, económicas, políticas y sociales similares en el norte, centro y sur. Sin embargo, aprovechándome del poder de escribir las presentes líneas, hago uso de mi libre albedrío y anuncio de una buena vez, que excluyo en este artículo a Estados Unidos y Canadá, dos razones he de escoger reiterando la subjetividad: La primera razón es porque soy mexicana y ahora vivo en Chile, es decir, [a percepción experencial] la extensión territorial de una América similar [para mi realidad] ocupa únicamente el espacio entre estas dos naciones (aunque claro está tomar muy en cuenta a aquellos hermanos latinoamericanos que se encuentran allá en el norte), esto lo pensaba antes de viajar y lo comprobé al llegar al Sur. La segunda, relaciona aquel juicio con el anuncio de algunos compañeros en nuestra América Latina con empatía ideológica “This is not America” y punto, si tú lector esperabas un argumento mayoritariamente estructurado te recomiendo te detengas aqui, no es por falta de argumentos, es porque elegí estos dos para defender la idea y para anunciarte a ti, el lente por el cual leerás los siguientes párrafos.

La hermandad Americana se defiende por sí sola, tiene que ver con una relación natural y con una similitud ideológica e incluso, conductual. Chile y México no se quedan atrás, los indígenas, pintores, cantantes, poetas, escritores e incluso líderes de opinión se interelacionan entre sí provocando que cada día, a miles de kilómetros, el arte y el saber se comuniquen en su búsqueda expresiva y carezcan de cualquier frontera territorial. Claro ejemplo es el de Pablo Neruda, poeta chileno Premio Nobel de Literatura, conocido en todo el mundo por filtrar en sus letras la expresión más profunda del ser y quien al escribir Canto General, llegó a la conclusión de que no bastaba dedicar su obra únicamente a Chile, mencionó en 1954 “Muy pronto me sentí complicado porque las raíces de todos los chilenos se extendían debajo de la tierra y salían en otros territorios…Lautaro emparentaba con Cuauhtémoc. La alfarería de Oaxaca tenía el mismo fulgor negro de las gredas de Chillán.” (Fuente: Fundación Pablo Neruda). Poco tiempo después de haber escrito parte del Canto General, su primera edición fue publicada en México, pronto David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera tomaron la literatura y la convirtieron en pintura, ilustraron el libro e hicieron murales como el de “Muerte a un invasor” actualmente ubicados en Chillán, Chile y que retratan la historia y el coraje de una lucha en común, pues como bien dice Manuel García (cantautor chileno), “difícil tratar de decir sino es con las manos gritando en los muros”. No obstante, la relación entre Rivera y Neruda no termina aquí, traspasa un motivo artístico y aterriza en una amistad íntima, lo he comprobado vivencialmente al ver en “La Chascona” (casa de Pablo Neruda en Santiago de Chile) el obsequio de Diego Rivera; un hermoso retrato de Matilde Urrutia con el título de uno de sus sobrenombres “Rosario” que muestra la relación hasta entonces secreta entre Matilde y Pablo, además, existen fotografías de Diego y Pablo colgadas en las paredes del hogar santiaguiño. Sin duda un vínculo entre ambas naciones retratado en el arte que se ha quedado como huella de un recuerdo histórico inigualable.

Pisar el suelo histórico de América es pisar identidad, aquella que acostumbramos bautizar con nombres; “México” ó “Chile”, por ejemplo. La ideología es un punto importante de la identidad, ésta a su vez, es sustentada por grandes personajes, movimientos, libros, música, líderes y todo aquello que nos ayude a concebir el mundo actual y el cómo queremos concebirlo en un futuro. La ideología es también consecuencia de lo que sucedió en la historia; Chile y México tienen un vínculo histórico-ideológico tan estrecho, que es imposible conocer a los Mapuches (grupo indígena de Chile) y su lucha contra la conquista española sin recordar a los Aztecas. En cambio, es posible encontrar un mural de protesta política en Chile donde se dibuje a Emiliano Zapata, o saber de la relación ideológica de la cultura chilena revolucionaria con el subcomandante Marcos en Chiapas. Resulta fascinante escuchar conciertos de Víctor Jara (cantautor chileno) grabados, donde menciona de propia voz, empatía con México y la injusticia estudiantil vivida en el movimiento del 68. Así mismo, es inevitable que el estudiante mexicano revolucionario piense en la memoria de un “2 de Octubre no se olvida” sin sentir empatía al resentimiento del golpe de estado de Pinochet. Es común que en México el estudiante cite constantemente a Allende para argumentar que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción”. A su vez, es preciso que el revolucionario mexicano que sale a las calles conozca las letras de Violeta Parra o reviva el cantar de Víctor Jara y su talento artístico revolucionario en época golpista y ni cómo olvidar a nuestros amigos chilenos exiliados que viven actualmente en México y que nos llenan las aulas y el día a día de sus huellas humanistas y de su gran talento intelectual en diversos ámbitos.

Somos todos aquellos acontecimientos históricos que, mezclados con la actualidad y el bombardeo de comunicación e información, nos relacionan de una manera maravillosa. A miles de kilómetros, cada nación recuerda la independencia española y celebra su bicentenario, de extremo a extremo seguimos intercambiándonos estudiantes mexicanos en Chile o viceversa, futbolistas, actores, profesionistas, obras de arte, literatura, etc,. Al sur las poblaciones chilenas escuchan las rancheras mexicanas y se apropian al campo y al trabajo obrero, las familias chilenas conocen los capítulos del Chavo del Ocho y sus mexicanismos populares, en la radio universitaria de Chile se destina un espacio radiofónico para correr al aire “música popular mexicana”, el tequila no falta para quien quiere “curarse” (emborracharse) a la segura y el joven manifestante marcha con canciones de Molotov reprochando al neoliberalismo, los pacos (policía), Piñera y al todo poderoso Obama.

Chile estima al mexicano, me atrevo a decirlo por experimentar su gran afinidad y conocimiento a la cultura azteca. No obstante, existe una razón más fuerte para el humanista chileno, aquel que recuerda la violación a los derechos humanos en el 73 y que es representado en miles de ciudadanos y traspasado de generación en generación, estos individuos que suman un gran porcentaje de la población chilena no olvida cuando en tiempos de asesinato y tortura al pueblo Allendista, el embajador de México rodeaba con un verde, blanco y rojo, escudaba con el águila, la serpiente, el nopal y el peso de una nación, la integridad y la vida de chilenos perseguidos por el gobierno militar en el golpe de estado de Pinochet, bandera tricolor que salvó algunas vidas. Ahora sólo se piensa que México debió tener una bandera más grande, para poder rodear a todas las víctimas del 73 y de sus años posteriores hasta el término de la dictadura “Pinocho-tista”.

Hoy día puedo disfrutar de ser mexicana en Chile gracias a la historia y al recorrido relacional que hemos tenido en el pasado como países latinoamericanos. A Chile, colegas y amigos mexicanos, hay que tratarlo como hermano, pues nos une también una realidad donde los factores políticos movilizan la estabilidad del pueblo; ahora en Chile se manifiestan por una educación pública y de calidad, mientras que en México estamos cansados de la violencia y en el caso de los mexicanos que vivimos en el extranjero, exhaustos de que el nombre de “México” lleve consigo una connotación de narcotráfico. Pero esto, es otra historia…

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